Los avances tecnológicos basados en el amplio campo de las Ciencias Físicas, están introduciendo cambios espectaculares en la investigación de la escena del crimen. Probablemente, en las dos últimas décadas se han introducido tanta cantidad de nuevas técnicas y mejoras en los métodos, como las que se aportaron en los últimos cien años. Estas técnicas han cambiado de formas radical la investigación del crimen, ya que, aunque el trabajo investigador que depende de la policía sigue siendo muy importante, los Tribunales confían cada vez más en las habilidades del científico forense para que proporcione evidencias físicas objetivas e irrefutables.