En un momento de alta tensión en Oriente Próximo como el que vivimos, este libro es de lo más pertinente. En él sus autores analizan algunos casos conocidos de la agencia de inteligencia israelí, como el secuestro de Adolf Eichmann, pero tambien episodios mas recientes y de gran calado para explicar el presente, como el bombardeo israeli de un reactor nuclear sirio, o el asesinato de cientificos nucleares iranis. Los autores no escamotean cuando es necesario apuntar algunos errores de bulto como el fallido atentado para asesinar al lider de Hamas Khaled Mashal en Amman. Un libro fascinante de historias de espionaje y aventuras con trasfondo politico.En un momento de alta tensión en Oriente Próximo como el que vivimos, este libro es de lo más pertinente. En él sus autores analizan algunos casos conocidos de la agencia de inteligencia israelí, como el secuestro de Adolf Eichmann, pero tambien episodios mas recientes y de gran calado para explicar el presente, como el bombardeo israeli de un reactor nuclear sirio, o el asesinato de cientificos nucleares iranis. Los autores no escamotean cuando es necesario apuntar algunos errores de bulto como el fallido atentado para asesinar al lider de Hamas Khaled Mashal en Amman. Un libro fascinante de historias de espionaje y aventuras con trasfondo politico.
On 24 September 1963, Yaacov Herzog arrived for an appointment at a London clinic. He was not there to see the doctor, but "Charles" the pseudonym of King Hussein of Jordan. These secret meetings continued for nine years, during which time Herzog also covertly negotiated a agreement with the Imam of Yemen during that countrys civil war, wove a web of contacts with Lebanons Christian community, and met other world leaders.A rabbi, erudite scholar, and gifted diplomat, Herzog was one of the shining stars in Israels leadership. He served as a close advisor to four Israeli prime ministers, and was ambassador to Canada. Herzog became best known for his public debate with renowned British historian Professor Arnold Toynbee, who had described the Jews as a "fossilized" nation and compared Israels military actions against Palestinians to Nazi atrocities. Herzog immediately invited Toynbee to a public debate, reminiscent of medieval debates between Jewish and Christian scholars. Herzogs performance bested Toynbee and won international accolades.