En la Batalla de Guadalcanal, a lo largo de más de seis meses, los Marines escribieron una de las páginas más heroicas de su historia, deteniendo el victorioso avance japonés en el Pacífico. Entre el 7 de agosto de 1942 y el 9 de febrero de 1943, las fuerzas japonesas y norteamericanas libraron la campaña aeronaval y terrestre más larga de la Guerra del Pacífico. Sería en las islas Salomon y en las aguas cercanas donde se pondría punto final al victorioso avance nipón en el Pacífico y desde donde arrancaría la ofensiva Aliada que culminaría con la rendición de Japón en 1945. A lo largo de esos meses se libraron tres grandes batallas terrestres y otras cinco aeronavales por el dominio del archipiélago. Pero sin duda, Guadalcanal pasó a la memoria colectiva por los sangrientos combates entre las tropas niponas y el Cuerpo de Marines de Estados Unidos. Fue una lucha despiadada, sin cuartel, en la que no se hacían prisioneros. La campaña en la isla fue sumamente costosa para Japón, no sólo en cuanto a pérdidas materiales, sino en cuanto a hombres. Alrededor de 25.000 soldados experimentados cayeron en combate y los aviones y buques japoneses destruidos o hundidos en esta campaña fueron irremplazables. Con su talento habitual, Michel Hérubel, también autor de La Batalla de las Ardenas, publicado en español por esta misma editorial, nos relata la vida cotidiana de los hombres que combatieron en Guadalcanal, japoneses y estadounidenses, a miles de kilómetros de sus hogares, en un ambiente absolutamente hostil y en condiciones morales y materiales espantosas, bajo un cielo plomizo y una humedad insoportable, en el barro, y sometidos a un permanente diluvio de fuego y metal. Y tanto nos adentra en la selva, como nos sumerge en el submarino o nos embarca en el portaaviones, con su magistral descripción de los combates terrestres y de las batallas aeronavales. En su investigación, Hérubel visitó archivos estadounidenses, británicos y japoneses y se entrevistó con centenares de supervivientes de la batalla. Y fue a partir de todos estos testimonios, sobre los que construyó este magnífico libro de historia militar que, al mismo tiempo, se erige como un impactante estudio sobre el hombre en combate y que conecta con películas como La delgada línea roja o series de televisión como la recientemente galardonada Pacific.
En diciembre de 1944 parecía que la Segunda Guerra Mundial en Europa era cuestión de días. Tras el castigo al que habían sido ssometidas las tropas alemanas tras el desembarco de Normandía, parecía que el unico obstaculo al que tenian que enfrentarse las tropas aliadas hasta llegar a Berlin seria el cruce del Rin. Por eso para Hitler el tiempo lo era todo. Para ello ideo una ambiciosa operacion, Wacht am Rein. Con ella se pretendia nsorprender a las tropas americanas en las Ardenas, para luego avanzar hasta Mosa y de ahi a Amberes, con lo que conseguirian arrebatar a los aliados el mayor puerto operativo en la costa atlantica y copara las fuerzas britanicas y estadounidenses en Begica y Holanda.La ofensiva alemana en las Ardenas fue osada e innovadora, tanto porque se recurrio a unidades de elite para abrir paso a las fuerzas panzer alemanas como porque Alemania estaba exangue .
En diciembre de 1944 parecía que la Segunda Guerra Mundial en Europa era ya cuestión de semanas. Tras el castigo al que habían sido sometidas las fuerzas alemanas en la Batalla de Normandía, parecía que el único obstáculo al que deberían enfrentarse las fuerzas Aliadas en su carrera hacia Berlín sería el cruce del Rín.