Un antiguo terrorista y traidor a la Organización, vive aislado en una casona en el bosque, oculto tras una falsa personalidad. Sabe que le buscan, que tarde o temprano lo encontrarán y que cuando llegue ese momento no habrá salvación; por eso cuando sus asesinos aparecen, los atiende con displicencia, como si no le importase morir. Uno de ellos, viejo camarada de comando y antagonista le propone el gran juego, el de la propia vida. Es también una forma de demostrarle superioridad, de exhibir poder. La capacidad de improvisación de la más que presunta víctima puede evitarle una muerte segura, pero la noticia de tregua y entrega de armas de la Organización, para la que no se ha consultado con el veterano militante, generará un conflicto de consecuencias difíciles de predecir. Buscar o no buscar es la lucha entre la lógica individual, que nos hace conscientes de que nadie morirá por nosotros, y la lógica histórica donde el individuo cuenta poco. Buscar o no buscar es la novela ganadora del Premio Provincia de Guadalajara 2006.
Símbolo arquitectónico de un nacionalismo pujante, el protagonista de esta novela es un edificio modernista atiborrado de personajes, tanto vivos como muertos, cuyo uso es el de asilo de ancianos. En el se refugian unos cuantos habitantes relacionados entre si, aunque lo ignoren porque la memoria tiene esas cosas y la casualidad es una diosa involuntaria. La monja directora, la psicologa, un prejubilado sin otro lugar donde meterse, un guardia civil con meritos de guerra y el muerto narrador abatido por el, el beato fundador de la orden religiosa que gobierna la residencia, una antigua prostituta cuya fortuna le hizo ser señora, un monton de candidatos a la agonia. Una chimenea artistica y un jardin caotico, obras ambas del inclito arquitecto convertido en el heraldo iluminado de las aspiraciones patrias. Novela coral, la insigne chimenea que le da titulo es el objeto del deseo de un politico que aspira a la gloria trasladando piedra a piedra el sucio adminiculo hasta la explanada frente al gobierno autonomico para recrearla como simbolo nacional, dotando de nueva ubicacion al Patronato de San Martin, y convirtiendo el artistico e historico edificio en hotel de lujo, a lo que por supuesto se oponen, sin mayor exito, los residentes tanto vivos como muertos.