Miguel González San Martín (Muskiz, Bizkaia, 1953) es licenciado en Ciencias Económicas y en Filosofía y Letras. Columnista habitual del diario El Correo, ha publicado las novelas Hotel Ucrania y Dos entradas para Wembley, ambas en la desaparecida editorial Bassarai. Sus artículos y cuentos han sido incluidos en diversas antologías. En el año 2009 ganó el Premio Café Bretón&Bodegas Olarra con Conversaciones de bolsillo, que fue publicado por AMG editor.
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Cuando nos anuncien el fin del mundo, Miguel González San Martín lo esperará sentado en Pobeña, cerca del golden gate municipal, el puente de hierro pintado de azul niño que une el peñón y la playa. Pobeña es un espacio casi perdido, el breve patio abierto de la infancia donde todas las cosas o sucedían o venían a suceder, pues sólo entonces cobraban realidad. Por eso no es de extrañar que en este lugar repostara la extraña aviadora de la cabellera suelta, o H., el ex-dictador alelado. ¿Dónde si no en Pobeña, la patria chica de un fundador de ciudades en la costa norteamericana del Pacífico? ¿Qué importa que el fundador no naciera en Pobeña, sino en Perú? Aclaremos que los pobeñeses nacen donde les viene en gana. Pero Pobeña es también el espacio de la memoria capaz de conciliar a unos émulos de los Beatles con sus ancestros carlistas, y de celebrar una festividad cuyo origen se remonta a un generoso cargamento de tabaco. Un lugar imaginario que descubre la existencia de las cosas y de los sucesos más cercanos como un retrato del mundo. Imaginación, sensibilidad y, sobre todo, mucho humor esparcidos por este puñado de buenas narraciones que bastarán para dar fama eterna a un pueblo que no queda muy lejos de Bilbao, y a un autor, Miguel González San Martín, que con este nuevo libro rompe con su leyenda de lúcido escritor que interpreta la vida desde un rincón secreto.
¿Qué ocurre cuando tenemos que encontrarnos cara a cara con el futbolista al que habíamos convertido en un mito? ¿Y si además esconde un misterio y no nos permite acceder a él? ¿Qué hemos de hacer con los sueños rotos? ¿Cómo debemos afrontar nuestro destino previsible y vulgar? ¿En quién podemos apoyarnos? En Dos entradas para Wembley una voz se plantea esas preguntas al evocar el momento de su vida en que surgieron. A partir de los legendarios relatos de El Flaco, el narrador despieza la historia de su tío Román, una joven promesa del fútbol que llegó a jugar en el Athletic, pero que vio tempranamente truncada su carrera por una grave lesión. El tío Román pertenece al mundo de los mitos, pero un día regresa al pueblo del que se había marchado muchos años antes, y todo empieza a tambalearse. En esta hermosa novela se habla mucho y bien sobre fútbol, sobre ese deporte que tanta significación adquiere en la vida de muchas personas, sin que sepamos a ciencia cierta los oscuros e irracionales motivos que nos llevan a aficionarnos a él. Pero Miguel González San Martín sabe elevarlo a una dimensión nueva con su estilo ágil y cercano. Y en su relato, el fútbol se transforma en una de las materias posibles de la que están hechos los sueños y en el punto de partida para comprender la verdad de por qué nos sentimos tan tristes las tardes de los domingos cuando pierde nuestro equipo.
Hotel Ucrania, de cuyo lento proceso de elaboración se hablaba en los círculos literarios, presenta con una prosa sobria y sencilla, una peculiar travesía donde se apuntan episodios de la historia reciente, narrados con un fino peso novelesco. Hotel Ucrania, una de las mejores novelas escritas en el País Vasco durante los últimos años, combina con precisión la recreación de una adolescencia perdida irremediablemente con la búsqueda de un amor por las calles de Moscú. Y esta búsqueda, próxima tanto a la novela negra como a un relato de espías cargado de impresiones sutiles y conmovedoras, sirve para que Miguel González San Martín, deposite en manos del lector una obra original y fascinante.
Las páginas que conforman Inglaterra están llenas de encuentros, pero sobre todo están llenas de despedidas. Historias independientes, y sin embargo interconectadas por un espacio físico compartido—u