A partir de las referencias de los observadores del mundo griego y romano César, Estrabón, Plinio o Tácito, por citar sólo algunos, pasando por arqueólogos e historiadores modernos, «El mundo de los
El arte de los celtas paganos y del primer cristianismo (500 a.C.-800 d.C.) fue capital para la identidad de este pueblo. Su significado, omnipresente, trascendía la mera ornamentación con un sistema de simbolos que hacia claras afirmaciones sobre el estatus, el poder y el genero, sobre la guerra y lo sobrenatural. Por mucho que se tratase de un objeto de uso, su decoracion hablaba un lenguaje rico en alusiones, que contiene las claves de una vision del mundo muy diferente de la nuestra.Que los artistas celtas eran maestros supremos en su oficio, queda patente en la sutileza de sus diseños, llenos de tension, gracia y poderosa energia. Se recrean en la paradoja, en la ambiguedad, en la asimetria y en el doble sentido. El arte celta pagano resulta particularmente enigmatico, pero puede estar imbuido de lo sobrenatural y de evocaciones del otro mundo, del mismo modo que en el arte cristiano aparece abiertamente lo espiritual, en una celebracion de la gloria de Dios.Ante la ausencia de documentos escritos contemporaneos, el presente estudio, revelador y sugerente, adopta otros medios para descifrar el codigo del arte celta, situandolo con claridad en su contexto arqueologico. Tal vez sea demasiado complejo para desvelarlo en su integridad, pero este libro aumenta, como ninguno antes, nuestro conocimiento del mismo y del mundo que refleja.