La autora nos sitúa en una obra que está creada en su mayoría retrospectivamente; escrita con respeto, sentimiento y sensibilidad, que tras los años se ha ido tejiendo sin tener imagen ni patrón donde guiarse, ni a quién parecerse, sólo un denominador común: le ha puesto letra y hasta sonido, fijando la secuencia para crear al lector emoción, un estar y saborear el momento, para a través de cada verso, frase y línea, entregar un aliento. El lector buscará un talismán, él le ofrecerá una mano y así, de ese modo, podrá acercarse a ese interior en el que sólo con un suspiro y un pequeño reflejo logre el ambiente de ese devenir de los días donde la compañía es el pensamiento.
"El lenguaje de las olas es una historia romántica y apasionada donde la trama nos conduce a lugares insólitos y recovecos de la vida. La amistad, la pasión, el placer, el sexo y el amor triunfa
"Más allá del interior" encierra una amalgama infinita de colores, sabores, olores y, sobre todo, la sorda aunque célebre sensación de estar leyendo aquello que siempre quisimos leer. Sus letras dan forma a un mágico caleidoscopio, que logra mostrarnos el mundo de un modo bello y provechoso a la vez. Bello por la enorme dosis de sensibilidad con la que la autora engarza la realidad con la fantasía, ayudándose de una escritura pulida y refinada, sin sacrificar por ello los ansiados atributos de la espontaneidad. Provechosa, por la importante dosis de humanismo, amor y pasión que encierran las páginas de esta obra, convirtiéndola en una hermosa guía de viaje para aquellos que aprecian la vida y saben aprovechar al máximo cada segundo que pasan en este mundo. Y todo esto lo logra planteando un sinfín de reflexiones; recordándonos nuestro verdadero "Yo", y -he aquí su mayor logro- ayudándonos a despertar del amargo sueño que vivimos actualmente, de la triste cotidianidad, para experimentar la auténtica verdad que subyace bajo todos nosotros. Solo así podremos curarnos y curar al prójimo, confortarnos y confortar, rescatarnos y rescatar, abrir los ojos y enseñar a ver, solo así podremos ser mejores personas. Gracias, Miren E. Palacios Villanueva, por ayudarnos a hacerlo posible.