Las noches de Etta están llenas de terroríficos monstruos con escamas y dientes afilados. La hermana de Colin es muy aficionada a dejar volar la imaginación. Pero imaginar, recordar, soñar, contar... son actos prohibidos en Ariban. Si las fantasias de la chica llegan a oidos de los ancianos que gobiernan la isla, la vida de Etta podria correr serio peligro. Collin debe acallar los rumores.
Tras la muerte de su abuela, Concepción debe abandonar la granja donde aprendió a cultivar la tierra, para ir a la ciudad. Allí, con un grupo de niños de la calle, comparte su única pertenencia: un puñado de semillas. Juntos aprenden que unas semillas pueden significar algo mas que comida. El retrato de una dura realidad acompañada de esperanza y solidaridad.