Aunque injustamente relegado en los últimos decenios, Nicolai Hartmann sigue siendo uno de los pensadores más profundos e importantes del s. XX. En contraste con el tono profético y algo esotérico de Heidegger, se caracteriza el de Hartmann por su claridad y su sobriedad conceptual. En la presente obra, que se traduce por primera vez al español, se plantea Hartmann la cuestión de la historia, para desembocar en la de aquello que tiene historia, y que desde Hegel se designa como "espíritu objetivo". Éste constituye el tema central del libro, elaborado en buena parte como una controversia con Hegel, que, no obstante, se ha convertido en un instrumento imprescindible para entender correctamente la compleja teoría hegeliana.
Presentación y traducción de Javier Palacios. La Ética de Nicolai Hartmann (1926) es una de las obras capitales, junto con la de Max Schler (1913) y la de Dietrich von Hildebrand (1953), de la ética axiológica, caracterizada como el esfuerzo por fundamentar los preceptos morales en el reino del valor. La presente edición es la primera traducción al castellano de esta obra fundamental de la filosofía del siglo XX. «La ética material del valor [...] ha llevado a cabo la síntesis de dos clases de ideas básicas crecidas históricamente sobre suelos muy diferentes y formuladas en mutua oposición: la aprioridad kantiana de la ley moral y la diversidad del valor, contemplada por Nietzsche sólo desde lejos (...) devuelve al apriorismo ético su rico contenido originario y auténtico; y a la consciencia del valor, la certeza del contenido invariable en medio de la relatividad de la valoración humana. De este modo queda indicado el camino. [...]. De todas las evidencias que me ha proporcionado el nuevo estado del problema, apenas ninguna me ha resultado más sorprendente y a la vez más convincente que ésta: que la ética de los antiguos era ya ética material del valor muy desarrollada, no en cuanto al concepto o en cuanto a una tendencia consciente, pero sí en cuanto a la cosa misma y al proceder efectivo. [...] Nos encontramos aquí con un engranaje insospechadamente profundo de viejas y nuevas conquistas intelectuales; y en el giro de la ética ante el que estamos, se trata de una síntesis histórica de mayor calado que la síntesis de Kant y Nietzsche: de una síntesis de la ética antigua y moderna». (Del prólogo del autor a la primera edición)