¿Por qué escribir otro libro sobre Frida Kahlo? ¿No se ha dicho acaso todo lo que se tenía que decir? Aunque parezca paradójico, es precisamente esa abundancia de estudios y testimonios sobre la figura de Kahlo lo que ha impulsado a la autora a emprender la escritura de este libro. La leyenda creada en torno a la biografía de la artista mexicana no ha servido sino para oscurecer el conocimiento de su obra: la mayor parte de los textos sobre Kahlo se limitan a analizar, con delectación morbosa, sus oscuros traumas familiares, su tormentosa relación con el pintor Diego Rivera, su frustrado deseo de ser madre, su trágica lucha con la enfermedad. En el mejor de los casos, su pintura se interpreta como un mero reflejo de sus avatares personales o, incluso, en una suerte de psicoanálisis casero, como un síntoma de sus conflictos y desequilibrios internos. La obra se ha visto radicalmente desplazada por la vida y la pintora irremisiblemente engullida por el mito. Ese tipo de relación simplista entre vida y obra es la que intenta contrarrestar este libro.
Prácticamente desconocida por el gran público hasta la gran retrospectiva celebrada en el Museo de Arte Moderno de Nueva York en 1982, cuando la artista contaba 71 años, la escultura de Louise Bourgeois (Paris, 1911), de marcado caracter autobiografico y personal, no es facilmente catalogable en ningun movimiento ni tendencia establecidos. Segun sostiene la propia escultora, toda su produccion gira en torno a una suerte de mito fundador: el adulterio de su padre, que introdujo a su amante, una joven institutriz inglesa llamada Sadie, en la casa familiar. De hecho, desde sus primeros dibujos y pinturas de "Femmes-maison" (Mujeres-casa), realizados en los años cuarenta, hasta sus "Cells", instalaciones a modo de celdas o pequeñas habitaciones, de los años noventa, pasando por sus esculturas de yeso y latex de los sesenta o imagenes del cuerpo desmembrado de la decada de los ochenta, toda su produccion se halla marcada, de una forma u otra, por ese recuerdo de la "traicion" paterna. Ello no implica, sin embargo, que la escultura de Bourgeois tenga un significado exclusivamente intimo o biografico. Su obra nos desvela las relaciones de poder, la situacion de opresion sexual y la experiencia de dolor que anidan en el interior de la familia patriarcal, demostrando en ultimo termino que, como subraya el celebre eslogan feminista, "lo personal es politico".
La historia de las mujeres artistas ha sido, hasta hace pocos años, sistemáticamente ignorada por el discurso oficial. Tirar del hilo de esa historia olvidada no supone tan sólo reparar una omisión intolerable, sino tambien cuestionar muchas de las categorias fundamentales (como las de "genio artistico", "calidad" o "influencia") sobre las que asienta la disciplina de la historia del arte en su conjunto. Los origenes del movimiento feminista se remontan al menos al siglo XVIII, pero habra que esperar a que surja el llamado Movimiento de Liberacion de la Mujer, a finales de la decada de 1960, para que algunas artistas e historiadoras señalen la necesidad de intervenir, desde un punto de vista feminista, en el campo de la practica y la teoria artisticas. Este libro es la historia de esas intervenciones, con frecuencia polemicas, no solo en el ambito academico e institucional sino en el del propio pensamiento feminista: la situacion de las mujeres artistas, la afirmacion de la diferencia sexual, la representacion del cuerpo femenino, la mirada como instrumento de poder o el impacto de las nuevas tecnologias en el arte hecho por mujeres son algunos de los temas de debate que han marcado la relacion entre el feminismo y la historia del arte. El resultado de esa relacion entre el f
Prácticamente desconocida por el gran público hasta la gran retrospectiva celebrada en el Museo de Arte Moderno de Nueva York en 1982, cuando la artista contaba 71 años, la escultura de Louise Bourgeois (París, 1911), de marcado carácter autobiográfico y personal, no es fácilmente catalogable en ningún movimiento ni tendencia establecidos. Según sostiene la propia escultora, toda su producción gira en torno a una suerte de mito fundador: el adulterio de su padre, que introdujo a su amante, una joven institutriz inglesa llamada Sadie, en la casa familiar. De hecho, desde sus primeros dibujos y pinturas de "Femmes-maison" (Mujeres-casa), realizados en los años cuarenta, hasta sus "Cells", instalaciones a modo de celdas o pequeñas habitaciones, de los años noventa, pasando por sus esculturas de yeso y látex de los sesenta o imágenes del cuerpo desmembrado de la década de los ochenta, toda su producción se halla marcada, de una forma u otra, por ese recuerdo de la "traición" paterna. Ello no implica, sin embargo, que la escultura de Bourgeois tenga un significado exclusivamente íntimo o biográfico. Su obra nos desvela las relaciones de poder, la situación de opresión sexual y la experiencia de dolor que anidan en el interior de la familia patriarcal, demostrando en último término que, como subraya el célebre eslogan feminista, "lo personal es político".