Según Rafael Paz, aunque la influencia del psicoanálisis trasciende con creces el ámbito de la cura, para los psicoanalistas que lo practican es allí donde se refrenda cada día el pacto que anuda compromiso terapeutico y sosten de la experiencia del inconsciente. El marco general no es propicio, y si bien esta artesania ha atravesado dificultades considerables, tampoco es inmune a la instalacion cruda o dulcemente coercitiva de modos de vida que diluyen la densidad subjetiva, y a terapeuticas que los convalidan. Por eso se da la necesidad estrategica de refrendar la afirmacion del inconsciente y del universo pulsional como dimensiones constitutivas y potentes, junto a la socialidad como componente primario de lo humano. Los psicoanalistas pretenden apertura emocional, aceptacion de las versiones contrastantes de si y de los seres y vinculos primarios, disminucion del sufrimiento y de la angustia. Esto requiere atravesar resistencias y aceptar las reglas del juego transferencial, donde convergen pasion y sentido, como la metapsicologia lo reconoce.
El psicoanálisis constituye una formación cultural, una totalidad heterogénea de saberes específicos ligados a la clínica, tradiciones artesanales, dispositivos institucionales de transmisión y legitimacion asi como teorias de variado alcance referidas a la cultura y la sociedad. Una heuristica de la interrogacion lo caracteriza, con su instrumento simbolo, la interpretacion, y en tal sentido aparece como esencialmente deconstructivo, pero eso no ha impedido la inclusion paulatina de recursos de sosten y apuntalamiento al ampliarse el territorio de su clinica y asumir las modificaciones historicas de las patologias. Si bien participamos, como nuestros analizandos, de los cambios del siglo, sabemos de modos insistentes y replegados de pensar y existir y por lo tanto de sufrir en los que se entrelaza la fantasmatica personal a mitos familiares, de etnias y grupos.La transferencia, que los recrea, es central en nuestra clinica, haciendo que se explayen hasta los limites que seamos capaces de construir en cada caso y cada momento del proceso. Es este el territorio nativo del psicoanalisis y que continua siendo el de su mayor fecundidad: clinica de lo singular que facilita la expansion de los vinculos primarios, que buscan revivirse para realizarse, hallar por fin resonancias o por la mera inercia de la repeticion. Nada de lo humano nos puede ser ajeno y una de las ventajas de una concepcion sistematica de campo reside en que permite la puesta a prueba de las mas diversas observaciones, superando los a priori de escuelas. Si a los conceptos los situamos en la perspectiva de un operacionalismo critico, les otorgamos pertinencia; es decir precision, fecundidad y valor de verdad en un ambito reglado de indagacion y experiencia, adquiriendo capacidad instrumental la masa de ideas e intuiciones con que contamos.