Una audaz reflexión sobre la era digital y sus efectos en las relaciones humanas, bajo la apariencia de unas sorprendentes memorias. Bajo la apariencia de un relato autobiográfico, el autor va desgranando los efectos nada tranquilizadores que la nueva era digital nos esta dejando. Si en algunos capitulos asistimos al retrato sociologico y humano de los años 80-90, en otros nos damos de bruces con la zona de obras e inseguridades de hoy. A veces parece mas un relato de intriga que una narracion amable de memorias. No obstante, el autor concede algun sitio a la esperanza, sin ocultar sus dudas y su compromiso con la verdad historica y la defensa de lo social. Nada es lo que parece y cada pagina es una sorpresa para el lector: la rememoracion del pasado, pero tambien la reflexion y el abrazo a nuevas inquietudes. El autor nos introduce en temas que, por su conflictividad, son poco tratados por la novelistica, pero es que su intencion es esa: molestar, dar la coz en la herida. Ademas, naturalmente, de practicar una escritura consistente y madura, dificil, poetica, de frases largas #cuando es necesario# que expresan pensamientos complejos. Nada que ver con una supuesta tendencia a las frases cortas, deslavazadas y sin sust
Retrato sociológico y humano de las generaciones que vivieron los duros años de la postguerra española. Lleno de personajes, situaciones y anécdotas propuestas como excusa para hacernos recalar en un mismo puerto: el de las emociones y sentimientos que, en la infancia y adolescencia, son tan comunes a cualquier generación de cualquier país. El lector se verá implicado en un mundo que forma parte de la historia menuda: la de los ciudadanos-transeúntes-que nunca aparece en los libros de cantos dorados de la Historia, pero son siempre los primeros llamados a filas. Texto de gran carga política, ambición literaria y sensibilidad. Apunta reflexiones a modo de ensayo, plantea preguntas, se identifica reivindicando una narrativa más comprometida socialmente. Es de esos libros que te absorben desde la primera página y no quieres que se acaben, aunque puedan dejar una herida abierta en tu propia visión de la realidad.