Pocas catedrales de España pueden ofrecer mayor unidad estilística que la de Jaén. El templo expresa, de un lado, símbolos religiosos tradicionales y de otro su caracer de santuario, ya que en el se guarda una reliquia - según la tradición - el paño de la Verónica, el Santo Rostro o Santa Faz. La catedral de Baeza conserva restos góticos y mudéjares, que se remontan, algunos de ellos al s.XIV, y mantiene la espaciosa plaza de Santa María ante ella. Ambas maravillas monumentales son obra del maestro Andrés de Vandelvira. Magnifico libro ilustrado con más de 95 fotografías a todo color, escrito de una manera didáctica y rigurosa de la mano D. Pedro Galera Andreu, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Jaén.
La figura de Andrés de Vandelvira (Alcazar, 1505 - Jaen, 1575) ha concitado en esta última mitad de siglo el mayor interés, por cuanto en él concurren un extraordinario conocimiento y práctica del arte de la canteria y a la vez un sorprendente dominio de la arquitectura, siendo en palabras de Fernando Chueca Goitia El mas importante y el mejor interprete de lo que debe ser la arquitectura renovada antes de la aparicion de Juan de Herrera. Buen asimilador e innovador de las lecciones del Clasicismo Italiano, este estudio ofrece una renovada reflexion sobre su personalidad artistica y el desarrollo de su obra, campo de actuacion, tanto en lo geografico como en lo proyectual.
Guía oficial para la visita al conjunto monumental de la Alhambra y el Generalife, realizada por el especialista, Jesús Bermúdez López y publicada por el P
Los historiadores, los escritores, los viajeros y los artistas se han preguntado muchas veces cómo un conjunto monumental como la Alhambra, tan deslumbrante y frágil a la vez, ha resistido el paso del tiempo. El historiador Pedro Galera Andreu asegura en este libro que la Alhambra sigue en pie porque siempre fue un espacio vivido, disfrutado, pregonado y codiciado. En sus paginas habitan buena parte de los hombres y mujeres que vivieron la Alhambra desde la conquista cristiana hasta nuestros dias. Su lectura, salpicada de cronicas ineditas hasta hoy, es una invitacion a descubrir las grandezas, miserias y las debilidades humanas que protagonizaron sus gentes, mas alla de su valor monumental y artistico. El libro tiene mucho que ver con los años que llevo trabajando en el conocimiento de la Alhambra, sobre todo en su etapa moderna, cuando paso a manos cristianas. Pero no diria toda la verdad si solo afirmara que han sido el estudio y la investigacion mis unicos guias a la hora de escribirlo. Tambien los largos paseos por los jardines con toda su fragancia. O por las murallas, de torre en torre. O por la calle Real, unas veces vacia y otra repleta de turistas. Y como no, por los palacios, en los raros momentos en que libre de visitantes el silencio consigue con todo su poder evocador trasladarnos al mundo cortesano nazari. Como historiador me he interesado por esa sin par pieza que es el palacio renacentista del emperador, que nunca habito. Pero no menos me he sentido atraido por la seduccion que la Alhambra tuvo para los artistas romanticos, que si la habitaron. Entre esos dos extremos fui descubriendo la intensa vida que invadio el recinto desde el siglo XVI al siglo XX, entre el deseo irrealizado de ser la Casa Real efectiva con la que soñaban los Tendilla y la popular ocupacion que le dio el verdadero pulso vital a la ciudad que fue la Alhambra. Y es que ¿quien no ha deseado alguna vez vivir en la Alhambra?