Nuevos testimonios y una revisión a fondo y por primera vez del sumario del caso saca a la luz datos sustanciosos sobre el desvío de fondos que tuvo en la cuerda floja a Jordi Pujol hace tres décadas.En 1984, los fiscales Carlos Jimenez Villarejo y Jose Maria Mena presentaron una querella contra varios directivos de Banca Catalana, entre los que se encontraba Jordi Pujol, por supuesto desvio de fondos. En concreto, se les acusaba de la compra irregular de valores inmobiliarios, con dinero de la caja B, para financiar distintas operaciones gravosas para la entidad, que termino siendo intervenida en 1982.Los fiscales tambien sostenian que Pujol y el resto de consejeros se habian repartido mas de 105 millones de pesetasen dividendos entre 1974 y 1976, cuando el banco ya tenia importantes perdidas.El entonces presidente catalan atribuyo la accion del Ministerio Publico a una jugada indigna del PSOE, que gobernaba entonces en España, tal como clamo Pujol ante una masiva manifestacion de apoyo incondicional organizada de forma no muy espontanea. Sin embargo, Pere Rios sostiene en este libro que, pese a sus reiteradas declaraciones en contra, Pujol y sus allegados si se enriquecieron con Banca Catalana. Y que, de hecho, es ahi, con ese banco supuestamente creado para hacer pais donde se comienza a forjar ...