¿Qué nos cuentan las películas europeas acerca de las culturas que las producen? ¿De qué modo pueden erigirse las películas en agentes del cambio social? Desde la segunda guerra mundial a sus incontables secuelas, desde el boom económico hasta el declive industrial, los europeos han debido enfrentarse a diversos cambios tanto en el ámbito político como en su actitud ante la vida, pero, por mucho que se hable de una Europa unificada, sus antecedentes culturales siempre han sido y serán distintos. Pues bien, precisamente de ahí parte el prestigioso Pierre Sorlin en este libro para estudiar el modo en que las naciones europeas han venido expresando sus individualidades culturales a través del cine: para analizar por qué, por ejemplo, las películas francesas tienen un estilo tan peculiar, tan alejado de los productos de Hollywood como del cine británico, alemán o italiano, o cómo puede detectarse en el cine europeo la influencia de esa presunta evolución común hacia el federalismo. El resultado, como dice Dudley Andrew, es "refrescantemente directo y de tono enérgico, (...) el más exhaustivo y convincente de cuantos libros conozco acerca de la cinematografía moderna".
A partir del surgimiento de la fotografía en 1840, se produjo un cambio sin antecedentes en la historia de la representación que generó nuevas formas de intervenir la realidad. De este modo, se inauguro lo que Sorlin acuño como el siglo de la imagen analogica. Tomar una fotografia, encender la television son para nosotros actos ordinarios que ejecutamos sin reflexionar. Sin embargo, los aparatos de registro grafico pertenecen al universo de la maquina y, como todas las invenciones de la era industrial, alborotaron viejos habitos.Nuestro ojo es un aparato optico que refleja lo que se encuentra frente a el. Sin embargo, los seres humanos no perciben lo que registra la mirada. Privilegian en su entorno lo que responde a su propia curiosidad e interes.