A mediados del siglo XX, al calor de las teorías aperturistas de Popper y Hayek y con los horrores de la Segunda Guerra Mundial todavía dolorosamente grabados en la retina comunitaria, las élites politicas occidentales llegaron a una desafortunada conclusion: que las afirmaciones fuertes Dios, nacion, verdad, justicia, etc. desembocaban inexorablemente en violencia y que, por tanto, habian de ser sustituidas por afirmaciones debiles, suaves, relativas. De ese modo, promovieron un cambio cuyos efectos siguen manifestandose hoy. La nocion de sentido reemplazo a la de verdad, la de equidad a la de justicia y la de diversidad a la de cohesion; al tiempo que la politica, disciplina otrora orientada al bien comun, iba degenerando en una mera gestion de intereses particulares y las identidades nacionales iban disolviendose en un homogeneizador cosmopolitismo. En El retorno de los dioses fuertes, R.R. Reno analiza este proceso y lo relaciona luminosamente con las convulsiones politicas que hoy, en los albores del siglo XXI, tambalean los cimientos del consenso de posguerra. Segun Reno, esos acontecimientos desestabilizadores que la elite mediatica reune bajo el termino populismo son en verdad expresiones de un mismo epifenomeno, o ecos de un mismo rugido: el de los dioses fuertes, que han despertado por fin de su letargo.