En 2008, a la mort de sa femme Meitang, Rao Pingru entreprend de conjurer le deuil par l'encre et l'aquarelle en retraçant, in memoriam et en dessin, le destin de sa famille. Dans son appartement shanghaien, le vieil homme se souvient du sel, des jours qu'il a partages avec Meitang et de leur vie rythmee par les battements d'une Chine en ebullition. De sa petite enfance a son mariage avec celle qui porte aux levres "une touche d'ecarlate", de son engagement militaire lors de la guerre contre le Japon a son internement dans un camp de reeducation ou il resta vingt ans, de l'etablissement de sa famille a Shanghai a la maladie de son epouse, Rao Pingru restitue dans cette histoire les jours de fete comme les jours difficiles et livre une oeuvre qui ne ressemble a aucune autre, une vie dessinee a l'echelle de la Chine. A chaque page d'un recit a la fois tendre, grave et poetique, la petite et la grande histoire, la voix unique de Rao Pingru et la marche des evolutions politiques du pays se rejoignent, donnant a lire un temoignage fort sur la vie des heros ordinaires de la Chine du siecle passe ainsi qu'une magnifique histoire d'amour.
Desde niño, Rao Pingru tenía talento para la pintura. Nunca asistió a clases, pero le gustaba dibujar figuras e ideogramas en un mundo sujeto al imperio de los signos: la escritura, la caligrafía y la ilustracion con tinta y acuarela. Cuando el 19 de marzo de 2008, tras sesenta años de vida en comun, su esposa fallece a causa de una enfermedad, la unica forma que encuentra Pingru de apaciguar el dolor lacerante es dejar a sus nietos constancia de sus recuerdos por escrito y en forma de dibujos. Cuatro años despues, esa veintena de cuadernos dieron cuerpo a este libro extraordinario.Se llamaba Meitang y fue para el como un ancla en un mundo embravecido. Se conocieron muy jovenes, el amor florecio lentamente y estaban destinados a formar una pareja normal, como tantas otras. Sin embargo, el turbulento siglo XX les reservaba un camino lleno de escollos. Primero, defender a su pais ante la invasion japonesa; luego, tras la boda, luchar contra los comunistas insurrectos liderados por Mao Zedong; y mas tarde, tras la derrota y el ingreso en un campo de reeducacion, vivir separados durante mas de veinte años, hasta que el cambio de regimen abrio la puerta al ansiado reencuentro.A pesar del dramatismo de la historia, Rao Pingru se resiste a caer en la amargura y a dejarse arrastrar por el rencor. De alguna forma, ha l...