Premio Jaume Vicens Vives 2023«Ricardo Robledo ha escrito una obra magnífica sobre un tema extremadamente controvertido: los orígenes estructurales de la guerra civil española relacionados con la cuestión agraria y las reformas emprendidas por la República. Una reivindicación de la mejor historia posible. Hará época». ÁNGEL VIÑAS«Sobre el reformismo agrario se ha escrito una cantidad ingente de estudios, de los cuales se considera la obra canónica Reforma agraria y revolución campesina en la España del siglo xx, de Edward E. Malefakis, publicado hace más de cincuenta años. Por fin, las aportaciones de Malefakis han sido superadas por este libro brillante de Ricardo Robledo. Su acercamiento a las dimensiones técnicas, sociales y económicas del tema antes de 1936 y las consecuencias políticas posteriores se basa en una vasta investigación y logra combinar un análisis sofisticado con una lectura amena». PAUL PRESTON
«¿Qué será de mi España cuando despierte de esta salvaje pesadilla? Al final no quedará piedra sobre piedra, ni vivos que puedan enterrar a los muertos», escribía Unamuno en una Salamanca que ofrecía
Aquel general al que inmortalizaría en cierto modo A. Dumas no se recató a la hora de contar sus hazañas o su capacidad de abnegación. Suficientemente lúcido para no olvidar su condición de invasor, no podia por menos de reconocer que la mayoria de los habitantes se alegraria de su marcha. Pero a el parecia convencerle la estima de las minorias: las autoridades civiles y eclesiasticas que por la tarde del dia 31 le habian dado muestras de afecto. Al alba del dia siguiente, esta contraposicion de masas y elites se desvanece cuando afirma que algunos miles de personas en una ciudad que podria estar en torno a los 12.000 habitantes le esperaban para decirle adios. Con seguridad Thiebault exagero la densidad humana de la despedida, sobre todo si reparamos en la circunstancia de que ocurrio en una madrugada de invierno, y tambien al decir que la poblacion salmantina le demostraba gran consideracion. (De la Presentacion de Ricardo Robledo) Pero por muy doloroso y muy humillante que sea este recuerdo, es necesario decirlo; cuando la victoria estaba asegurada, cuando solo quedaba rematar la derrota del enemigo, cuando las tropas, exaltadas en extremo por la habilidad de la organizacion, por el resultado de las cargas admirables, anhelaban luchar, deseosos de rivalizar en prodigios, algunos generales franceses se negaron a combatir. Como consecuencia de esta inconcebible rebelion, que el mariscal Massena no tuvo la energia de castigar con un tiro en la cabeza a uno de los generales que discutian su autoridad, y por fin a consecuencia de esta constante fortuna que ha hecho del duque de Wellington un heroe y, a los ojos de algunos necios, un gran hombre, nuestras tropas se detuvieron a las puertas del exito y retrocedieron ante la victoria. Aparte de algunas bandas de guerrilleros de los que España no acaba de estar completamente limpia y que justificaban la ocupacion extranjera, el pais estaba en calma y yo pensaba en hacer venir a mi mujer. El ejemplo de muchos franceses, incluso de los que vivian en Madrid, y el pensamiento de que estaria en Burgos durante mucho tiempo me determinaron a ello; pero para hacer la estancia a mi querida Zozotte menos triste, decore a la francesa y con chimeneas un hermoso apartamento en el Espolon, enfrente de la tumba que habia erigido a El Cid; transforme en jardincillo ingles una especie de lodazal que se encontraba detras de la casa; en el jardin hice construir una casita cuyo frontispicio estaba formado por siete hermosos troncos con su corteza y en cuyas puntas se encontraban en fachada las siete letras del nombre de Zozotte. (De las Memorias)