Definir un marco para el sistema de valores de una organización no es tarea sencilla. Menos fácil aún es alcanzar una conciencia colectiva sobre dichos valores, que permita que distintas personas en una organización puedan pensar y actuar en forma coherente respecto de las metas de la empresa. Con un estilo claro y simple, Roberto de Michele, un abogado especializado en consultoría de empresas en temas de ética y organización propone en Los códigos de ética en las empresas (Granica), un proceso para identificar las reglas que pueden reflejar el compromiso que entablan empleados, clientes y contratistas para establecer relaciones empresariales confiables. Los códigos de ética de las empresas son el producto de una decisión del management de hacer públicas las pautas con las que quieren identificar a su empresa y orientar la conducta de los miembros de su organización, apunta el especialista. La clave del código de ética es promover tanto conductas deseables como, por ejemplo, tratar bien a los clientes o preservar el medio ambiente, como evitar comportamientos que podrían acarrear conflictos tales como el robo de información, el cobro de comisiones o cualquier tipo de conducta individual que pueda repercutir negativamente en la imagen pública y privada de la organización, cuyo correlato es la desmotivación y la pérdida de credibilidad por parte de los líderes. Los dos aspectos fundamentales de los códigos de ética empresarial son: Las reglas surgen a partir de la decisión del top management de la organización. La idea es que los miembros de la compañía cumplan los objetivos sin perder la coherencia respecto a los objetivos establecidos por sus líderes. Uno de los aspectos más complicados de un código de ética es llevarlo a la práctica y lograr que se cumpla. Cuando las reglas se apoyan en el consenso existe una mayor probabilidad de aceptación espontánea. De esta forma, se puede reducir la falta de coherencia interna e incrementar la confianza entre los integrantes de la organizaci&oacu