Estudió filosofía y escritura de guiones cinematográficos. Ha publicado una veintena de libros en distintos géneros: novela, poesía, cuento, teatro, poesía infantil, ensayo y artículos periodísticos, entre ellos las novelas Mundicia, figuras en el espejo, El nudo y En la oscurana. Finalista del premio Casa de las Américas (Cuba) en la rama de cuento por su libro Dicen que los monos éramos felices y Premio Nacional de Cuento de su país en dos ocasiones por sus libros Mitomanías y Floraciones y desfloraciones. Sobre su trabajo, Soto ha declarado:“Escribo porque no sé hacer otra cosa para conjurar el miedo. Pero esta es una evasión sutil: mitad huída y mitad enfrentamiento, fuga y careo. La escritura es una tauromaquia: el toro es el miedo, el escritor el torero”. Y también:“Escribo historias porque la realidad estaría incompleta sin la fantasía”.
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La violencia y la ternura, la traición y la solidaridad, la lucha contra la opresión y la lucha por imponerse y dominar a otros, conviven en las páginas de este libro....Un puñado de vidas en medio de una geografía imaginaria dominada por un río, a cuya vera se construye una ciudad que se transforma en el devenir de los siglos...Por sus aspiraciones, por su ambici n, El río que me habita se emparenta con las que suelen llamarse "novelas totales ", aquellas que fabulan un mundo autónomo desde su fundación, auqnue se diferencia de ellas por su carácter fragmentario y, si que quiere, polifónico: más que la geografía, más que la historia colectiva, el autor centra su mirada en un conjunto de historias individuales que apenas se entrecruzan entre sí....En ocasiones, lo legendario y lo fantástico irrumpen, trayendo ecos de las novelas clásicas latinoamericanas, aunque enseguida irrumpen otros acentos de tinte inequívocamente contemporáneo. Una obra compleja y, sin embargo, fácil de leer que propone una mirada en profundidad sobre la condición humana.
Otros reinos recoge una selección de cuentos, escogidos por el autor, de los tres libros de este género que Soto ha publicado en su país hasta la fecha: Mitomanías (1983), Dicen que los monos éramos felices (1995) y Floraciones y desfloraciones (2006). En estos relatos, los personajes se ven ante disyuntivas morales o existenciales de las que no son plenamente conscientes, y en las que deben elegir ignorando o apenas entreviendo las consecuencias de su elección. Cualquier semejanza con la realidad es fortuita.
Gina, o "Gina-la-súper antropóloga", como se burla de sí misma, es el nombre de la protagonista de esta extraordinaria novela que por su sutileza parece de otro tiempo, y por su escritura es muy actual. La identidad como un espejo múltiple, el deseo de escapar de aquello que es ya una carga, aunque antes fuera llamado "amor", y la imagen de una nación latinoamericana plural, a pesar de algunos, son parte de las ideas que la atraviesan. En ella, el costarricense Rodrigo soto, uno de los autores más interesantes de la última literatura centroamericana, nos ofrece un retrato controvertido pero fiel de una mujer que es muchas mujeres; un retrato lleno de aristas, pero, por eso mismo, muy real. El amor y el sexo, el matrimonio y la amistad, la maternidad y la autosuficiencia son algunas de las palabras clave de esta memorable narración, que comienza así: "juro que durante años me propuse ser una buena esposa. Quiero decir: una esposa leal, buena nota, valiente: tampoco una imbécil ni una víctima modelo. En mis adentros, ser esposa se relacionaba, más que con el amor de pareja, con la imagen idílica del hogar...". Y que no puede dejarse hasta el final.
Rodrigo Soto logra, por un lado, darnos una imagen total del mundo; por otro, involucrarnos en la vida íntima de cinco personajes cuyos hitos y fracasos están magistralmente hilvanados en un, por supuesto, nudo, o trama. Una narración directa y sin barroquismos repasa aspectos de la adolescencia de sus protagonistas. Y \"El nudo\" se convierte en homenaje a esa alianza rota entre la existencia y el sentido, entre el pasado ilusorio y el presente que debe ser aceptado como única base real de la vida cotidiana. Una novela, pues, sobre la construcción de lo real, clave de lectura que se nos revela desde la primera frase y no nos abandona hasta el final.