Se trata de un libro valiente porque la autora ha contado su experiencia sin reservas, sin intentar adornarla. Lo hace en forma de diario, y el libro de Ruth se transforma en "El Diario de Aarón".
El
Se trata de un libro valiente porque la autora ha contado su experiencia sin reservas, sin intentar adornarla. Lo hace en forma de diario, y el libro de Ruth se transforma en El Diario de Aaron.El tono de la narracion es natural, fresco, como si fuera el niño quien hablara. Tiene la inmediatez de las notas tomadas a vuelapluma y la profundidad de lo sencillo. Es un texto que abre el corazon porque, como tela de fondo y sin pretenderlo, situa el lector en la fragil frontera del niño: adaptarse al mundo o volverse loco.Por encima de todo, emergen la figura de Aaron como un pequeño genio en ciernes, con don de palabra, rico vocabulario, divertido en sus replicas ,y la profunda empatia que Ruth siente hacia el. El diario de Aaron tiene el sabor de los procesos terapeuticos llevados a buen puerto, con la satisfaccion y la pena a partes iguales cuando terminan. Todo ocurrio porque en palabras de Ruth, se dejo traspasar por la mirada de Aaron a la vez que Aaron tambien se dejo traspasar por la suya. Me alegro por los dos.Annie Chevreux