Su Majestad, rendido ante vuestra alocada avalancha, prefirió reinar con un millón de princesas que poner en peligro su corona. ¿Y usted, doña Lucía, en qué principado ha pensado? , te preguntó abatido, menos poderoso que en sus cacerias de elefantes. Mi yayo dise que la Carrasquilla (La Carrasquilla es una pedania de mi pueblo natal, poblada de carrascas, que es de donde proviene tu primer apellido). A continuacion, te coloco una banda de seda blanca y celeste con la condecoracion de la Gran Cruz de Carlos III, la mas alta distincion civil que se otorga en España. Con el tratamiento de Alteza Real y el mismo adorno que lucia la princesa doña Letizia en las bodas, saliste del palacio vitoreada por todas las manifestantes que hacian cola para que don Juan Carlos les concediera, como a ti, sus principados y grandes cruces. Con los primeros aplausos, bajaste timidamente la cabeza; pero al descender, parada sobre el tercer escalon, elevaste los brazos en una explosion jubilosa. Frente a aquellas veinte mil niñas, solo echabas de menos a Marcos, el principito de tu amistad y de tus juegos imaginarios, y a la desgraciada Coquita. Bravo, bravo! Lucia, Lucia, Lucia ya es de la monarquia! . En el momento que Pilar, la primera que te acuno en la guarderia, te arreglaba el lazo rojo de tu pelo, tus seguidoras soltaron los globos que traian impresos sus centros de procedencia. Tus padres, tus yayos y tus padrinos, viendote en la pantalla del televisor, lloraban emocionados por la felicidad que te producia aquella Princelandia convertida en realidad. Solo tu, que le quitaste valientemente la escoba a la bruja en un tren de feria, podrias haber liderado esta revolucion de las princesas. Una corona para 500 000 princesas es una oda en prosa al amor filial y demuestra la pasion de un abuelo escritor por una nieta muy especial, que lo lleva a escribir una especie de evangelio español sobre la infancia de la niña, deseada y acogida como princesa familiar, Lucia Carrasco Garcia, nieta del escritor Salvador Garcia Jimenez y descendiente de Alfonso X, el Rey Sabio, y de los moriscos del Valle de Ricote.
Ver más