Es director de investigación en el Acton Institute, profesor visitante en el Instituto Pontificio Juan Pablo II para el Matrimonio y la Familia, englobado en la Universidad Pontificia Laterana y consultor para Oxford Analítica. En 2001 fue elegido miembro de la Royal Historic Society.
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Samuel Gregg nos sitúa frente al dilema moral de las sociedades libres.¿Qué hace al hombre libre? ¿Por qué el hombre debe ser libre? ¿Que responsabilidades -si hay alguna- acompañan a la libertad? Estas preguntas se encuentran en el corazón de La Libertad en la encrucijada. Quizás ninguna otra cuestión ha dividido tanto a académicos, juristas y estadistas como la reflexión sobre la esencia de la libertad humana. Mientras la libertad es una reivindicación central en el Evangelio, la Gloriosa Revolución de 1688 y la Revolución Americana, la discusión sobre su naturaleza se ha visto caracterizada por los más profundos desacuerdos. Tomando como referencia a Alexis de Tocqueville y la Ley Natural, Samuel Gregg examina el carácter de la libertad respondiendo a la básica -pero a menudo pospuesta- cuestión: ¿qué es el hombre? para luego aplicar sus conclusiones a preguntas sobre el papel de la ley, el Estado y la sociedad civil en el mundo libre occidental. La libertad en la encrucijada es un libro ideal para todos aquellos interesados en la ley y la política pública pues, yendo más allá de la manida división entre liberal y conservador, invita al lector a pensar sobre los correctos fines de las elecciones y acciones humanas.
Desde el principio, el cristianismo ha tenido una relación difícil con el mundo del dinero. Sus teólogos, filósofos y economistas ejercieron una influencia considerable en el surgimiento y desarrollo de los sistemas financieros que ayudaron a desencadenar una revolucion en la forma en que el mundo piensa y usa el capital. En Dios y el Dinero, Samuel Gregg subraya las diferentes formas en que los cristianos han ayudado a desarrollar las instituciones financieras y bancarias que han permitido durante siglos escapar de la pobreza, Asimismo, Gregg tambien evalua el funcionamiento, y las fallas de las finanzas y la banca moderna. Lejos de estar condenadas a producir inestabilidad economica, y crisis periodicas, el autor muestra la forma en que la fe y la razon pueden moldear las practicas financieras y las instituciones bancarias de manera que se restaure la integridad de las mismas y contribuyan al bien social. En un tiempo en el que las finanzas parecen no solo haber perdido la brujula moral sino tambien dar bandazos entre una crisis y la siguiente, este es un libro que los cristianos necesitan enormemente. Michael Novak Samuel Gregg ha logrado sintetizar una comprension de dos temas que, desgraciadamente, a menudo han sido vistos como opuestos: Dios y las finanzas. Basando su a
Este libro de Samuel Gregg constituye un atinado diagnóstico de los males que afligen al Occidente contemporáneo. La proliferación de corrientes filosóficas y teológicas tales como el materialismo, la religion liberal, el prometeismo, el cientificismo y el relativismo autoritario frutos putrescentes de una modernidad hastiada de si ha quebrado la union entre razon y fe, que tan fecunda resulto durante siglos y que tan necesaria sigue antojandose hoy. Frente al mundo mecanicista del materialismo, el autor defiende un mundo creado por amor y que por amor puede ser alterado. Frente a la realidad caotica y desprovista de sentido que predican los relativistas, reivindica una realidad cargada de logos, de razon. Frente al pesimismo de escepticos y subjetivistas, nos recuerda que el hombre puede descubrir ese sentido que vertebra todo lo real. Y frente a la cacareada incompatibilidad de razon y fe, afirma, en fin, una verdad incontrovertible: que la fe sin razon es supercheria y la razon sin fe, simple locura.