Sandra HillAngel Sabato has been in love with best friend Grace O'Brien for 10 years—but he's only just realized it. Too bad she doesn't take him seriously when he tells her about his feelings. Reeling from the rejection, Angel hightails it out of town. Now Grace is left to wonder if her problems from the past are keeping her from opening herself to love. But she brushes these "useless" musings aside, concentrating instead on the work she's doing as an apprentice to folk healer Tante Lulu and keeping up with the old woman's good deeds. Such as starting a foundation to help families still homeless after Hurricane Katrina. One family consists of 5 children who lost their parents. The eldest, only seventeen, has been struggling to take care of her siblings and lying like heck to the state agencies in order to keep everyone together. Tante Lulu and Grace take the children under their wings and decide the foundation will build a house for them. Re-enter Angel, who helps with the construction. Unbeknownst to Grace, Tante Lulu has decided to try her hand at matchmaking again. And Tante Lulu has never failed before!
El último vikingo En el siglo X, Geirolf Ericsson se encuentra a bordo de su drakkar en medio de una fuerte tormenta. El barco naufraga y cuando Geirolf despierta ha cruzado la puerta del tiempo y del espacio, y ha aparecido en Maine, en casa de la doctora Meredith Foster , quien está reconstruyendo su barco. Meredith, por su parte, cree que se trata de un chiflado muy atractivo que, además de conocer la cultura noruega del siglo X, posee un secreto en el arte de amar, lo que acabará de convencer a la doctora para embarcarla en una pasional historia de amor. El vikingo salvaje Para cumplir los deseos de su padre, Jorund Ericsson se embarca con sus hombres en busca de su hermano Geirolf, desaparecido cuando navegaba en su drakkar. Pero el barco encalla y Jorund se lanza al agua para intentar liberar la nave. Desnudo y a lomos de una orca salvaje Jorund irrumpe en la costa de Galveston, Texas. El desconcertado vikingo cree hallarse en el paraíso al ver a una hermosa mujer de pelo corto y labios seductores, la psicóloga Maggie McBride. Algo más fuerte que la química surge entre ellos, y Jorund logrará convencerla de que el amor puede ser tan fuerte que es capaz de cruzar los umbrales del espacio y del tiempo. El vikingo viril Magnus Ericsson es un granjero vikingo del siglo X con una larga prole a sus espaldas. Unos años atrás sus hermanos Jorund y Geirolf desaparecieron misteriosamente. Cansado de la situación, Magnus promete guardar castidad y se embarca junto con sus hijos rumbo a Vinland para cambiar su estilo de vida. Tras un misterioso suceso su barco aparece varado en unas nuevas y extrañas tierras: el reino de Hollywood. En aquel lugar, la gente cree que es un actor (sea eso lo que sea) y Angela Abruzzi, una atractiva viticultora, se niega a aceptar que él es su alma gemela y que están predestinados.
En el siglo X, Geirolf Ericsson se encuentra a bordo de su drakkar en medio de una fuerte tormenta. El barco naufraga y cuando Geirolf despierta está a miles de kilómetros de su Noruega natal y a diez siglos de distancia. Geirolf ha cruzado la puerta del tiempo y del espacio, y ha aparecido en Maine, en casa de la doctora Meredith Foster. Además, descubre que su barco pertenece a la Fundación Trondheim y a la Universidad de Oxley, y está siendo reconstruido por la doctora Foster y su equipo. Meredith, por su parte, cree que se trata de un chiflado que ha aparecido desnudo en su casa, habla de una forma muy anticuada y dice ser un vikingo especializado en la construcción de barcos. Eso sí, un chiflado muy atractivo, que además de conocer la cultura noruega del siglo x posee un secreto en el arte de amar, el punto «S»; algo que acabará por convencer a la doctora y la embarcará en una pasional historia de amor.
Magnues Ericsson es un granjero vikingo del siglo X con una larga prole a sus espaldas. Unos años atrás sus hermanos Jornud y Geirolf desaparecieron misteriosamente. Cansado de la situación, Magnus promete guardar castidad y se embarca junto con sus hijos rumbo a Vinland para cambiar su estilo de vida. Tras un misterioso suceso su barco aparece varado en unas nuevas y extrañas tierras: el reino de Hollywood. En aquel lugar, la gente cree que es un actor (sea eso lo que sea) y Angela Abruzzi, una atractiva viticultora a la que acaba de conocer, se niega a aceptar que él es su alma gemela y que están predestinados. Magnus es un granjero vikingo del siglo X. Angela es una mujer moderna de nuestros tiempos. Él tiene once hijos y un voto de castidad que se interpone entre ellos. Ella se muere de ganas por experimentar la maternidad y está dispuesta a no poner límites a sus relaciones más íntimas.
Jorund Ericsson contemplaba con la mirada vacía el enorme túmulo funerario, lo bastante grande como para albergar una galera vikinga y todas las pertenencias necesarias para que su ocupante llevara una buena vida en el otro mundo. Hacía más de un año que había partido hacia Oriente, a luchar en las guerras del emperador de Miklegard, la lejana Bizancio. Soldado de fortuna durante toda su vida, Jorund había formado parte de la élite de la guardia varega, compuesta por vikingos escogidos de entre muchas naciones. En el viaje de regreso a casa había matado el tiempo luchando bajo la bandera del rey noruego Olaf Tryggvason, que había vuelto a la ofensiva en Bretaña esparciendo a su paso el rocío de la espada como una marea sangrienta. Para Olaf (que era, a la sazón, tío paterno de Jorund), aquello no suponía más que un breve alto en sus luchas territoriales con el rey danés Sven Barba Partida. Algunos decían que la guerra era el modo de vida de los vikingos. Era cierto. Jorund reconocía sin sonrojo ser un maestro en el arte de la espada; un mercenario, pero no sin escrúpulos: sólo seguía a aquellos caudillos cuyos valores y propósitos podía compartir. Al seguir aquella senda, tenía a la muerte por constante compañera y había perdido hacía tiempo la cuenta de los hombres que habían sucumbido bajo su espada y de los compañeros de armas que moraban ya en el Valhalla. Pese a todo, no esperaba encontrarse aquello al regresar a casa. Angustiado, sus ojos se movían de un lado a otro, escudriñando la tumba. (...)