Esta novela narra la historia de una familia dividida por la Revolución y unida en un destino trágico, el de su país, Irán. Pero es también la historia de una amistad entre niñas surgida de un puñado de dulces de almendra que sobrevivió indemne a los impetuosos años de la infancia y a la inquietud de la adolescencia a través de unas cartas que viajaban con la regularidad de un diario íntimo, lleno de confidencias, recetas y memorias.Y es, sobre todo, la historia de cómo dos mujeres, en nombre de esa antigua amistad, lucharán por la vida y la memoria de un Irán hermoso, atormentado y cruel.
Memorias de la famosa jurista y escritora iraní, primera mujer musulmana en recibir el Premio Nobel de la Paz, en 2003. Activista política y defensora de la democracia, la trayectoria de Shirin Ebadi está marcada por su compromiso a favor de los derechos humanos y la democracia en Irán. Fue la primera mujer juez en Teherán y, en 1979, año de la revolución islámica, fue forzada a dimitir. Desde entonces ha concentrado sus esfuerzos en defender la viabilidad de una nueva interpretación de la ley islámica, o sharia, en armonía con los derechos humanos fundamentales como la democracia y la igualdad ante la ley. Por sus abiertas críticas al autoritarismo y a la intolerancia política y religiosa del régimen de los ayatolás sufrió encarcelamiento y fue forzada a vivir en el extranjero. Toda una vida de lucha y compromiso que ahora nos narra sin escatimar detalles.
Esta novela narra la historia de una familia dividida por la Revolución y unida en un destino trágico, el de su país, Irán. Pero es también la historia de una amistad entre niñas surgida de un puñado de dulces de almendra que sobrevivió indemne a los impetuosos años de la infancia y a la inquietud de la adolescencia a través de unas cartas que viajaban con la regularidad de un diario íntimo, lleno de confidencias, recetas y memorias. Y es, sobre todo, la historia de cómo dos mujeres, en nombre de esa antigua amistad, lucharán por la vida y la memoria de un Irán hermoso, atormentado y cruel.
Ebadi cuenta su historia de valentía y dificultades ante un gobierno dispuesto a destruir su familia y su misión: traer justicia al pueblo y al país que ama. El gobierno puso escuchas al teléfono de Ebadi y a su despacho de abogados, envió espías para seguirla, acosó a sus colegas, detuvo a su hija y arrestó a su hermana por cargos falsos. Cerró sus conferencias, agitó a las turbas para atacar su casa, se apoderó de sus oficinas, y clavó una amenaza de muerte en su puerta. A pesar de encontrarse viviendo bajo circunstancias que recuerdan a una novela de espionaje, nada pudo impedir que Ebadi hablara y defendiera la dignidad humana.