El obispo cristiano constituye una de las figuras históricas más originales de la época de transición entre el mundo antiguo y el medieval, en que confluyeron la herencia cultural grecorromana y la judeocristiana. Entre los siglos IV y V accedieron al episcopado muchos personajes que, por su estatus social y su formacion intelectual, se convirtieron en los lideres de la sociedad del momento. El caracter sagrado implicito en su condicion sacerdotal les proporciono una profunda libertad de accion y de palabra ante los poderosos, una auctoritas y un prestigio que reforzaron su capacidad de liderazgo.