El Conde de Lautréamont encarna a la perfección el estimulante juego de máscaras que a veces nos regala la literatura. Isidore-Lucien Ducasse nació en 1846 en Montevideo y, con tan sólo catorces años, fue enviado por su padre a París para proseguir sus estudios.Quizá descubrió allí su irrevocable destino como poeta. Con apenas veinte años dio a la imprenta sus famosos e incendiarios Cantos de Maldoror, un poemario magnético que desde entonces ha atraído a generaciones de escritores. La belleza, el mal, el horro, la culpa y la bondad se hermanaban en unos largos y fantasmales poemas en prosa cuya intensidad se convirtió en legendaria.Poeta apátrida y fugitivo no pudo saborerar las miles del éxtio: en 1870 moría en París a los veinticuatro años de edad.Cuando historia, poesía y mito se entremezclan para enigma del lector, el resultado es Fuera del relato, una biografía que se lee como una novela poética. Silvia Guerra combina rigor académico y libertad de estilo para reconstruir la biografía humana yartística de uno de los fundadores más misteriosos de la poesía moderna.
Lo que acontece en Pulso no refleja las casillas comportamentales de rigor mortis; mujer-latinoamericana-urbanita-contemporánea. Ni seducción feminoide ni empuje fálico ni lamentación ante el tiempo ni esfinge en un espacio restringido. La naturaleza continúa atravesando apariencias y declaraciones definitivas. El poema se presenta abierto a las incontables corrientes del sentido. A la simultaneidad que por estratos trabaja la materia insegura. La resistencia inapelable, la fascinación arrasante, la delicia inmemorial, la fatiga transpersonal, la herida racional, el consenso pánico: todo lo atraviesa Pulso e instala un móvil, un penetrable, una rosa de los vientos, Circulación indómita, la del sentido en los verbos conectados por entrecruzares, por entrañamiento.