La bruja Brunilda vivía en una casa negra con alfombras, una cama negra con sábanas, y cuadros negros en las paredes. Incluso el cuarto de baño era negro. Naturalmente, Bruno, su gato, también era negro. El único problema era que Brunilda no lo veía... hasta que un día decidió utilizar un poquito de magia.
Una entretenida narración acerca de una casa negra donde todo es negro, incluso Bruno, el gato de la bruja Brunilda,
que sólo tiene los ojos verdes. Es tan negro, que cuando duerme y tiene los ojos