Una taberna casi invisible desde la calle. Dentro, pocas mesas, luces tenues, humo. Una pequeña tarima. Voz, guitarra, buzuki, esta noche se toca rebético. Vinicio Capossela recorrió las calles de Grecia el año de la quiebra financiera. Y en las tabernas de Atenas, Salonica, Creta encontro lo que queda de los legendarios rebetes y capturo visiones, ebriedades, magias en un cuaderno, su Tefteri. Capossela relata una Grecia doliente y orgullosa, que redescubre el rebetico como musica de la crisis. Una musica de la ausencia, nacida de la rabia de un pueblo, el greco-turco, que en 1922 se vio desarraigado. El rebetico es una eleccion politica. Es el canto de sirena que resuena en los puertos del Mare nostrum. Y estas paginas son la transcripcion del debe y el haber necesarios para aprender a apañarse, el registro de los numeros en rojo que todos tenemos con la vida y la muerte. Porque, desde la antiguedad, todo lo que viene de Grecia participa de lo universal, nos habla del ser humano y de su destino, alli donde nacio. Cuando supero la necesidad e invento el juego, la fiesta, el arte. Cuando levanto la cabeza y se convirtio en anthropos.