Muchas personas consideran innecesario educar a su perro. Se resisten a enseñarle las reglas básicas más sencillas. Más tarde o más temprano acaban por lamentarlo. Para que los amos puedan ejercer una propiedad responsable han de comprender que los perro no piensan como las personas. Sin embargo, son capaces de comprender las relaciones que establecen entre hechos cercanos en el tiempo. Igualmente, son muy sensibles ante los diferentes estado de ánimo. Algunas personas sostienen incluso que su perro es capaz de adivinar el futuro.