Durante cuatro décadas y algo más de un lustro, Eli de Gortari se ha dedicado a estudiar la lógica, a enseñarla en muchas escuelas e instituciones, a tratar de desarrollarla y profundizarla, a discutirla por doquier, a participar en reuniones especializadas entre filosofos, cientificos, literatos y otros artistas. Como resultado de esos empeños y actividades, ha escrito y publicado 18 libros y un buen numero de articulos y folletos. Ahora, como culminacion de esos esfuerzos, nos entrega este Diccionario, que es su obra magna en la materia cultivada durante tanto tiempo. En la presente obra se ha logrado reunir el considerable numero de 6 830 articulos correspondientes a conceptos, terminos, locuciones, operaciones, simbolos y formulas que han ido integrando a la logica desde los escritos mas antiguos hasta nuestros dias, representando a las distintas doctrinas que vienen al caso. En cada definicion explicita, el autor ha procurado cumplir con rigor las exigencias logicas. Sin embargo, no ha tratado de redactar un curso de logica, ni tampoco una historia de la disciplina. En el contenido de cada articulo se ha esmerado por recoger todos los significados pertinentes, tal y como se les han atribuido en el desarrollo historico de la logica y en su uso actual. En la redaccion se ha esmerado por obtener la mayor concision, claridad y precision. Como se trata de un diccionario de la logica, pero no de los logicos, ninguno de los articulos trata sobre la vida o el pensamiento doctrinario de los contribuyentes a la logica. Tampoco aparecen citas entre comillas, no obstante que muchas frases estan reproducidas textualmente, ni tampoco se mencionan las fuentes bibliograficas de donde proceden. La Bibliografia Sumaria consta solamente de 22 obras, que fueron las utilizadas con mayor frecuencia. La explicacion es muy simple. Un diccionario es necesariamente la obra menos original de cualquier autor. En el caso de que la redaccion cumpliera con la meta ideal perseguida, entonces en un diccionario no quedaria incluida ninguna idea ni expresion alguna perteneciente al autor. En sentido estricto, el texto entero estaria formado por ideas ajenas y dichas exactamente con las palabras de quienes las formularon o las retocaron. Entonces, aunque no se consiga precisamente el proposito señalado, el autor del diccionario tendria que incluir en la bibliografia todas las obras que ha leido acerca de la materia, con las cuales formaria una lista larguisima, pesada y, ademas, inutil. Lo que el autor ha intentado es hacer del dominio publico de una manera conjunta, los terminos mas importantes de la logica, que se hayan repartido en muchas y diversas obras. Aunque se propuso aplicar un rigor sin concesiones, se encuentra convencido de que los lectores llegaran a encontrar bastantes fallas en este sentido. Tambien ha estado alerta para evitar los circulos viciosos que son comunes y corrientes en cualquier diccionario; pero, da por supuesto que se podran descubrir muchisimos de ellos, tal vez para regocijo de los lectores traviesos y, tambien, para rendir culto a las tautologias, tan propias de la logica.
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