La ciudadanía española es víctima del terror, no importa el color de las ideas, y el poder político lo consigue enterrando la Verdad, amparados en la injusticia. Empleando un lenguaje discriminatorio para definir el terrorismo (ETA), respecto de otro que silencia para aplicarlo la justicia y reparacion para todas las victimas del terror producidas por el golpe contra el estado, y para con sus hijos y nietos, tambien rebeldes en sus sentencias militares y delincuentes civiles. Y ello sucede por cuanto, primero, por el poder politico se defiende la continuidad constitucional del regimen franquista por herencia; segundo, ese poder es una enfermedad psiquica por ostentar el poder, y por esa razon la clase politica no se siente molesta por inventar extrañas identidades ajenas al pensamiento moral y filosofico de los ideales de la democracia y valores humanos, vigentes desde la Revolucion Francesa: Solidaridad, Igualdad y Fraternidad. Hombres y mujeres desde el poder legislativo, ejecutivo y judicial se permiten secuestrar, la soberania popular, con su Constitucion, impidiendo el reconocimiento a las victimas la aplicacion a los hechos el Derecho Internacional, demandado, primero en la Declaracion de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789) y luego en la Declaracion Universal de los Derechos Humanos Universales (1949), esto es, la derogacion de la Ley de Amnistia y la de Memoria Historica por cuanto nunca fue delito, durante la etapa fascista de este pais y ahora, desde su continuidad transicional, los derechos fundamentales a la libre expresion de las ideas, la reunion y asociacion, juzgados por el fascismo, primero como rebelion militar (asombroso), luego por el Codigo Penal (bochornoso). Pero sucede que todavia, mediante un lenguaje perverso y cicatero, se siguen violando hoy en dia, por decisiones politicas y judiciales, esos derechos a las victimas que ya lo eran el 17 de julio de 1936, se confirmaron por la ONU en 1949, para toda la poblacion española, menos para los golpistas y sus herederos.
Ver más