"Fortunata y Jacinta" es la mejor y más ambiciosa novela del siglo XIX español, pudiendo codearse sin menoscabo con otras grandes cimas narrativas de la época, como las de los autores rusos (Dostoyevski, Tolstoi), franceses (Balzac, Hugo, Zola, Flaubert) o britanicos (Dickens). Articulada en torno a los dos polos que encarnan las mujeres que dan nombre a la obra -la mujer del pueblo, ingenua y temperamental, primaria, natural (Fortunata), y la descendiente de una burguesia pujante, delicada, amable, resignada, convencional (Jacinta)-, la novela no solo no tiene parangon por el retrato inigualable que hace de la sociedad de la epoca, sino por los numerosos y profundos registros de la condicion humana que en ella y a traves de sus personajes se van trenzando. Asi, la dinamica unica y multiple que entablan sentimiento y conveniencia, riqueza y pobreza, deseo y realidad, cordura y locura, religion mistica y practica, juventud y decadencia y, en fin, sociedad y naturaleza, acaba erigiendo el rotundo edificio de una obra esplendida cuya mayor recompensa es su propia lectura."Fortunata y Jacinta" es la mejor y más ambiciosa novela del siglo XIX español, pudiendo codearse sin menoscabo con otras grandes cimas narrativas de la época, como las de los autores rusos (Dostoyevski, Tolstoi), franceses (Balzac, Hugo, Zola, Flaubert) o britanicos (Dickens). Articulada en torno a los dos polos que encarnan las mujeres que dan nombre a la obra -la mujer del pueblo, ingenua y temperamental, primaria, natural (Fortunata), y la descendiente de una burguesia pujante, delicada, amable, resignada, convencional (Jacinta)-, la novela no solo no tiene parangon por el retrato inigualable que hace de la sociedad de la epoca, sino por los numerosos y profundos registros de la condicion humana que en ella y a traves de sus personajes se van trenzando. Asi, la dinamica unica y multiple que entablan sentimiento y conveniencia, riqueza y pobreza, deseo y realidad, cordura y locura, religion mistica y practica, juventud y decadencia y, en fin, sociedad y naturaleza, acaba erigiendo el rotundo edificio de una obra esplendida cuya mayor recompensa es su propia lectura.
Ver más