He aquí unos cuentos sin princesas, hadas ni hechicerías. El "érase una vez" ha muerto para siempre. No nos gusta que lo maravilloso nos sea impuesto por decreto; deseamos que se deslice en el relato sin que el mismo autor lo advierta, despojandonos asi, poco a poco, de las armas y bagajes de nuestra logica habitual. "La Pampa, el Oceano, los Pirineos. Naci, como sabeis, en Montevideo, lo que no me impide ser frances; pero soy tambien uruguayo. Dos patrias, esto es algo que esta de acuerdo con mi biografia, la aparente y la profunda. Y creo tambien que es el comienzo de una cordura internacional, la cordura planetaria." Jules Superville (Montevideo 1884 - Paris 1960), a caballo entre dos mundos, tratara, como con otras viejas dicotomias -la tierra y el cielo, la vigilia y el sueño, la vida y la muerte-, de conciliar estos falsos contrarios que desorientan el pensamiento del hombre en una epoca en que la humanidad ha adquirido una dolorosa conciencia de si misma, y en el que el poeta parece ser el unico hombre capaz de hablarle todavia con grandeza. El poder de fascinacion que emana de su poesia, en cualquiera de sus manifestaciones -escribio novelas, cuentos, e incluso dramatizo algunos de sus temas o mitos favoritos-, hace que su lectura nos reconcilie con el mundo, un mundo donde las categorias habituales de pensamiento se encuentran abolidas: el tiempo se confunde con el espacio, el pasado con el futuro, o la vida con la muerte; y no por eso el mundo es menos real, diriamos incluso que alcanza una realidad superior, mas elevada, una realidad sonde el poeta busca su pensamiento en connivencia con las cosas que le rodean.
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