CUANDO LA CIGÜEÑA EMPEZÓ A VER PORNO

¿Quién educa a nuestros hijos sobre sexo cuando nosotros no lo hacemos?

Cada vez más niñas y niños se enfrentan a contenido pornográfico antes de saber siquiera qué es la sexualidad. A los ocho años ya han sido expuestos; a los doce, muchos lo consumen habitualmente. En una sociedad hiperconectada, donde el acceso es inmediato y el diálogo escaso, el porno se ha convertido, lamentablemente, en su principal fuente de educación sexual.

Este libro aborda una realidad incómoda pero necesaria: cómo la pornografía está moldeando el deseo, el cuerpo y las relaciones de toda una generación. A partir de investigaciones, testimonios de adolescentes, análisis culturales y experiencias personales, las autoras desmantelan mitos profundamente arraigados, explican el daño emocional y cognitivo que sufren nuestros hijos, y ofrecen herramientas prácticas para padres, madres y educadores.

Además, no sólo señalan los riesgos del porno, sino que abren caminos: cómo hablar con los menores sin miedo ni vergüenza, cómo enseñarles a diferenciar entre placer y dominación, entre deseo propio y presión externa, entre sexo ficticio y vínculos reales. Desde las nuevas formas de violencia digital hasta la normalización de prácticas sexuales basadas en el abuso y la desigualdad, estas páginas traspasan el tabú y la desinformación para poner sobre la mesa lo que muchas familias temen y lo que muchos adolescentes ya están viviendo en silencio.

Sin alarmismos, pero con rigor y empatía, este libro es más que un manual, es un grito colectivo para dejar de mirar hacia otro lado y empezar a hablar con los menores, no sólo del sexo que no es, sino del que sí podría ser: sano, consensuado, libre y humano.