Entender a la edificación como una unidad medioambiental, significaría equipararla a un ecosistema, donde la relación entre los seres vivos y la parte material sería el vinculo que los determina. Por tanto, lo que definirá a un ecosistema edificado, será el grado e intensidad de entrada y salida de recursos - materiales y energéticos- necesarios para su actividad; una relación sin límites espaciales definidos que trae los recursos de lejos y los devuelve de manera degradada al entorno circundante.