Si un exegeta se dispusiera a escribir un tratado bíblico sobre el Espíritu Santo, comenzaría por estudiar los antecedentes del Antiguo Testamento: espíritu de Dios, viento y aliento, espíritu del Señor: sus acciones en el hombre y en la historia... Al llegar al Nuevo Testamento adoptaría una hipótesis corriente para disponer cronológicamente los textos pertinentes y estudiaría el alcance de cada texto y la evolución o diferenciación del pensamiento. Es una tarea que han realizado con variable éxito algunos tratados de teología bíblica. El presente libro no es eso: es un libro de meditaciones, al cual no se le exige el mismo rigor. Puede dar preferencia a un orden temático: puede buscar conexiones y complacerse en ellas: puede colocarse en una plataforma histórica posterior y prolongar el sentido de los textos. Y es un libro de meditaciones bíblicas. Aunque supone como perspectiva la fe en su madurez posterior, se limita a meditar textos del Nuevo Testamento, donde acaece la revelación del Espíritu Santo, y del Antiguo Testamento, en cuanto que sirve para iluminar aquellos. Lo más importante de este libro son los textos bíblicos, materia de nuestra contemplación. Lo decisivo es la acción del mismo Espíritu en nosotros.
Ficha técnica
Editorial: Sal Terrae
ISBN: 9788429312423
Número de páginas: 128
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 18/05/1998
Año de edición: 1998
Plaza de edición: Santander
Número: 91
Alto: 18.0 cm
Ancho: 11.0 cm
Peso: 160.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por LUIS ALONSO SCHOEKEL
Luis Alonso Schökel (Madrid 1920 - Salamanca 1998), sacerdote jesuita, realizó estudios clásicos en Salamanca entre 1937 y 1940, posteriormente de Sagrada Escritura en el Instituto Bíblico de Roma (1951-1954), y se doctoró en 1957 con la tesis titulada "Estudios de poética hebrea". Profesor de Introducción general a la Biblia (Inspiración y Hermenéutica) y de Teología del Antiguo Testamento en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma (1957-1995), fue pionero en el estudio de la poesía hebrea. Su afán de conocimiento y su bagaje cultural le llevaron a adentrarse en diversos campos del saber: hermenéutica, lexicografía, estilística y poética, exégesis y teología. Sin embargo, por encima de otros aspectos, es reconocido por su prestigiosa traducción de la Biblia que dirigió junto a Juan Mateos y que se publicó como Nueva Biblia Española (1976), a partir de la cual posteriormente concibió y publicó la Biblia del Peregrino (1993), edición de estudio con una gran riqueza de notas.