«He tenido el proyecto de buscar los lugares decisivos del pensamiento filosófico, encontrando que la mayor parte de ellos eran revelaciones poéticas. Y al encontrar y consumirme en los lugares decisivos de la poesía me encontraba con la filosofía.» Esta declaración de María Zambrano resume una de las claves que dieron a luz su pensamiento, dedicado a indagar el trasfondo común de filosofía y poesía, la escisión y el conflicto entre ambas —signo de la historia occidental— y el horizonte desde el cual vislumbrar su reconciliación: la razón poética mediadora.
Antes de su muerte, María Zambrano había planeado reunir en un libro los escritos, publicados e inéditos, en los que trataba de la relación de la poesía con la filosofía, la religión y la historia, y, muy especialmente, los consagrados a los poetas en los que ella veía realizada la síntesis entre pensamiento y poesía, esos «lugares» en que se nos muestra cómo se dan las intuiciones poéticas que hacen filosofía. Desde Cervantes y Juan de la Cruz hasta la generación española del 50 y otros poetas contemporáneos hispanoamericanos, la pensadora se detiene especialmente en algunos integrantes, cercanos a ella, de las generaciones del 98 y del 27, como fueron Antonio Machado, García Lorca o Emilio Prados.
Se presenta ahora esta obra, Algunos lugares de la poesía, tras una labor de recopilación, revisión y preparación de los materiales previstos por la filósofa veleña.
Ficha técnica
Editorial: Editorial Trotta, S.A.
ISBN: 9788481649277
Idioma: Castellano
Número de páginas: 296
Tiempo de lectura:
7h 1m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 23/11/2007
Año de edición: 2007
Plaza de edición: Madrid
Colección:
La Dicha de Enmudecer
La Dicha de Enmudecer
Alto: 23.0 cm
Ancho: 14.5 cm
Grueso: 14.5 cm
Peso: 430.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por María Zambrano
Filósofa española. Nacida en Vélez-Málaga (Málaga) en 1904, fue discípula de José Ortega y Gasset y profesora en la Universidad de Madrid. Durante la Guerra Civil española (1936-1939) participó en algunas comisiones de ayuda humanitaria y cultural y se exilió en México, a donde llegó en 1939. Profesora de la Universidad de Morelia, se trasladó muy pronto a La Habana, en cuya universidad enseñó durante varios años, así como en la Universidad de Puerto Rico. Posteriormente vivió en Italia y en Suiza antes de su regreso definitivo a su país. Para Zambrano, la filosofía no era sólo una cuestión de conceptos, sino de símbolos que deben abordar los problemas esenciales de la trascendencia y los grandes misterios de la vida humana. Murió en 1991.