Desde las escrituras judías y cristianas hasta tradiciones del mundo entero, Mckenna da sustancia y profundidad a la figura de los ángeles. Entre ellos, tenemos a Miguel, guardián de las puertas del Edén; Rafael, patrón de los viajeros y de los que no tienen techo, así como maestro de la oración; Uriel, que luchó con Jacob y se dio a conocer como el Ángel de la Muerte; y Gabriel, que aparece en el libro de Daniel y en el evangelio de san Lucas.