Nació en Murcia el 7 de agosto de 1165, pero su familia se trasladó a Sevilla en 1173, donde Ibn Arabi recibió una esmeradísima educación. Abandonando una precoz vocación militar, se entregó a la vía sufí desde la más temprana juventud. Cuando tenía 18 años, tuvo un célebre encuentro con Averroes y el gran filósofo quedó profundamente impresionado por la ya evidente sabiduría y altura mística del joven Ibn Arabi. Tras beneficiarse de las enseñanzas de numerosos maestros en Al-Andalus (entre los que figuraban dos célebres místicas, Fátima de Córdoba y Shams de Marchena), en 1201 Ibn Arabi abandona la península en un larguísimo peregrinaje que incluiría todo el norte de África, Meca y Medina, Siria, Irak y Turquía.