El Hollywood de 1950 es transformado en un mundo de maravillas por la clásica magia de Bradbury : caracteres excéntricos, una intriga fantasmagórica, y una vívida nostalgia. El excitado narrador acaba de ser contratado como guionista de ciencia ficción en uno de los grandes estudios. Una invitación anónima lo conduce a un cementerio separado de los estudios por una mera pared, y al descubrimiento de un cuerpo congelado en el tiempo y listo para trepar desde la ciudad de los muertos a la ciudad de la luz. Un extraño misterio va desplegándose a través de una series de raros encuentros: un director con monóculo, un actor que ha interpretado el papel de Jesús durante veinticinco años, productores filisteos, fanáticos cazadores de autógrafos, y un genio de los efectos especiales... Mientras el narrador se precipita por una senda de pistas fantásticas , Bradbury evoca el fascinante tiempo perdido en que un hombre podía componer su propia existencia con las promesas centelleantes de sus películas favoritas.
Ficha técnica
Traductor: Laura Mahler
Editorial: Minotauro
ISBN: 9788445071601
Idioma: Castellano
Número de páginas: 376
Tiempo de lectura:
8h 57m
Encuadernación: Encuadernación en tela
Año de edición: 1993
Plaza de edición: Barcelona
Alto: 20.0 cm
Ancho: 12.0 cm
Peso: 430.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Ray Bradbury
Ray Bradbury nació el 22 de agosto de 1920 en Waukegan, Illinois. Durante la Gran Depresión se trasladó con su familia a Los Ángeles, donde se graduó en 1938 en Los Angeles High School. Su educación académica acabó ahí, pero continuó formándose por cuenta propia hasta que en 1943 se convirtió en escritor profesional. Sus obras más conocidas son Crónicas marcianas (1950), El hombre ilustrado (1951) y Fahrenheit 451 (1953). Bradbury, además de novelas, también escribió innumerables guiones de televisión, ensayos y poemas. Su preocupación como escritor no solo se centró en cuestionarse el modo de vida actual, también se adentró en el reino de lo fantástico y maravilloso, con un estilo poético y a veces provocativo. En su niñez, Bradbury fue muy propenso a las pesadillas y horribles fantasías, que acabó por plasmar en sus relatos muchos años después. Murió el 5 de junio de 2012 en Los Ángeles, a los 91 años.