Brevísimo documento autobiográfico, epistolar y ensayístico que cumple cabalmente su intención de ilustrar el carácter del filósofo escocés. Toda autobiografía debe sor-tear ante sus lectores por lo menos dos pruebas de fuego: la de la inteligencia de su contenido y la de la honestidad de sus intenciones. La primera es filosófica y la se-gunda de orden moral: ambas están bien probadas en los textos de y sobre David Hume que aquí se presentan: el texto De mi propia vida, seguido de la carta que na-rra la muerte del filósofo, de Adam Smith, y de la carta de Hume que se nos presenta con el título "Un filósofo caracteriza a un filósofo".
Ficha técnica
Traductor: Nydia Lara Zavala
Editorial: Universidad Nacional Autonoma de Mexico (Unam)
ISBN: 9789703212194
Idioma: Castellano
Número de páginas: 68
Tiempo de lectura:
1h 31m
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Fecha de lanzamiento: 14/10/2004
Año de edición: 2004
Plaza de edición: Mexico
Alto: 15.0 cm
Ancho: 10.0 cm
Peso: 60.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por David Hume
Nació en Edimburgo en 1711. Su familia consideraba que la carrera de Leyes sería una adecuada profesión para él, pero su interés estuvo siempre centrado en la filosofía y la literatura clásica. Viajó a Francia, donde pasó tres años y, retirado en La Flèche (lugar de claras resonancias cartesianas), escribió el «Tratado sobre la naturaleza humana», que se publicó en 1734. La obra tuvo escaso éxito y como el propio Hume escribe en su biografía, «salió muerta de las prensas». El fracaso, piensa su autor, no se debía tanto al contenido como al estilo, a la exposición de las ideas. Ello le llevará a publicar la «Investigación sobre el entendimiento humano» y la «Investigación sobre los principios de la moral», obras en las que refundirá las partes primera y tercera del «Tratado», respectivamente. Las consecuencias escépticas que de sus obras se derivarán en el campo de la religión y de la moral, así como las acusaciones de ateísmo, hicieron que en dos ocasiones le fuera negada una cátedra universitaria. Hubo de conformarse con el cargo de bibliotecario en la Facultad de Derecho de Edimburgo. Fue entonces cuando escribió su «Historia de Inglaterra». Viajó de nuevo a Francia, como secretario de embajada. La acogida que le dispensaron los «philosophes» no pudo ser mejor. Diderot, D'Alembert, Buffon, Voltaire.... le introducen en los salones y se disputan su amistad. Su carácter afable y cordial, así como su sentido de la amistad, le granjearon el afecto y la consideración de todos ellos. Fue ese sentido de la amistad el que hizo que, de vuelta a Inglaterra, se llevase consigo a Rousseau, cuya posición en París empezaba a ser peligrosa tras la publicación del «Emilio». Todos los esfuerzos de Hume por ayudar a su amigo fueron malinterpretados por el filósofo ginebrino, cuyo difícil y huraño carácter era de sobra conocido, y la relación entre ambos concluyó. Hume pasó los últimos años de su vida en Edimburgo, donde murió en 1776.