Si indagamos en la historia de la Conciencia, de las imágenes esotéricas, de las cenas dialogadas, de los juegos de la Memoria, de los espacios infinitos, de la teología humanística, del hermetismo iniciático, descubriremos a un fraile del siglo XVI que antepuso los principios cientificistas y poéticos a la resignación, el armario o el escarnio. Un intelectual que fue asesinado en la hoguera por el oscurantismo, la intransigencia y la normatividad.