Este libro ha sido escrito para sostener y probar la verdad siguiente: Que nuestra sociedad moderna, en la cual sólo unos pocos poseen los medios de producción, hallándose necesariamente en equilibrio inestable, tiende a alcanzar una condición de equilibrio estable mediante la implantación del trabajo obligatorio, legalmente exigible a los que no poseen los medios de producción, para beneficio de los que los poseen. Con este principio de compulsión aplicado contra los desposeídos, tiene que producirse también una diferencia en su estatus; y a los ojos de la sociedad y de la ley positiva, los hombres serán divididos en dos clases: la primera, económica y políticamente libre, en posesión, ratificada y garantizada, de los medios de producción; la segunda, sin libertad económica ni política, pero a la cual, por su misma falta de libertad, se le asegurará al principio la satisfacción de ciertas necesidades vitales y un nivel mínimo de bienestar, debajo del cual no caerán sus miembros. Hilaire Belloc (de la introducción a la obra)
El Estado Servil causó una honda impresión al poco tiempo de su publicación, de manera especial en el economista austriaco Friedrich Hayek, quien en su obra más celebérrima Camino de servidumbre alaba la profundidad y acierto del análisis de Belloc.
Ficha técnica
Traductor: Bruno Jacovella
Editorial: El Buey Mudo
ISBN: 9788493778927
Idioma: Castellano
Número de páginas: 200
Tiempo de lectura:
4h 42m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 01/04/2010
Año de edición: 2010
Plaza de edición: Madrid
Peso: 280.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Hilaire Belloc
(1870, La Celle-Saint-Cloud, Francia-1953) Se estableció con su familia en las Islas Británicas el mismo año de su nacimiento. Estudió en el colegio oratoriano de Edgbaston y, posteriormente, en 1892, se matriculó en la Universidad de Oxford. En 1896 contrajo matrimonio con el gran amor de su vida, la californiana Elodie Hogan. Belloc, que también tuvo una carrera política, desarrolló una extensa obra literaria y también se hizo célebre por sus biografías históricas. El éxito de sus escritos le llevó, junto a los hermanos Chesterton, a fundar un periódico, The Eye Witness, del que el primer director fue el propio Belloc. Mientras, prosiguió con sus obras históricas. En sus obras destaca la religión como un pilar básico de vida social. Escribió más de 150 libros y su amistad contribuyó a la progresiva conversión al catolicismo de personajes de renombre, como los hermanos Chesterton.