El interés por la actualidad y su repercusión y trascendencia en el devenir histórico de su país es una constante a lo largo de la trayectoria literaria de Dostoievski. En "El idiota" se recogen los problemas más palpitantes de una época crucial y determinante en el futuro de todo un pueblo. Una época con un acelerado afán por enriquecerse aprovechando las nuevas oportunidades que había traído la coyuntura económica, en la que el enorme valor que se le atribuía al dinero en la conciencia de personas pertenecientes a todo tipo de estamentos ponía de manifiesto un estado de parálisis y estancamiento, en el que primaba la necesidad material y el egoísmo sin unas bases morales. A un mundo de intereses y de codicia, de oscuras y destructivas pasiones, de individualismos y de egoísmo, el príncipe Myshkin no responde con un llamamiento a la acción, su naturaleza reside en el amor, en la humildad, en la mansedumbre y resignación, en la misericordia y compasión. Su inocencia, su fe y su ingenuidad no le impiden, sin embargo, ser una persona perspicaz, capaz de vislumbrar los movimientos más fugaces del alma. Todos estos rasgos le convierten a los ojos del resto de personajes de la novela en un ser extraño, diferente, a menudo ridículo, aquejado, además, de una grave enfermedad nerviosa, por lo que pocos son los personajes en la obra que se resisten ante la tentación de llamarle "idiota".
Ficha técnica
Traductor: Mabel Greta Velis Blinova
Editorial: Ediciones Cátedra
ISBN: 9788437635675
Idioma: Castellano
Número de páginas: 888
Tiempo de lectura:
21h 20m
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 09/06/2016
Año de edición: 2016
Plaza de edición: Es
Colección:
Letras Universales
Letras Universales
Alto: 18.0 cm
Ancho: 11.0 cm
Grueso: 4.0 cm
Peso: 588.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Fiódor Dostoievski
Fiódor Dostoievski (Moscú, 1821 - San Petersburgo, 1881). Novelista ruso. Educado por su padre, un médico de carácter despótico y brutal, encontró protección y cariño en su madre, que murió prematuramente. Al quedar viudo, el padre se entregó al alcohol, y envió finalmente a su hijo a la Escuela de Ingenieros de San Petersburgo, lo que no impidió que el joven Dostoievski se apasionara por la literatura y empezara a desarrollar sus cualidades de escritor. En 1849 fue condenado a muerte por su colaboración con determinados grupos liberales y revolucionarios. Tras largo tiempo en Tver, recibió autorización para regresar a San Petersburgo, donde no encontró a ninguno de sus antiguos amigos, ni eco alguno de su fama. Su obra, aunque escrita en el siglo XIX, refleja también al hombre y la sociedad contemporánea.