Si queréis localizarme de forma rápida, sólo tenéis que preguntar por el niño que mató a Dios. Si lo hacéis, en el colegio, en la calle, en el barrio..., todos los chicos y chicas de mi edad y muchos mayores y menores me señalarán a mí, si antes no encuentro una salida a mi situación actual, que ya dura desde hace años.