Un escritor urbano, ya jubilado de su oficio de profesor de instituto, se confina durante unas semanas en una casa rural, con el propósito de acabar una novela que tiene muy avanzada y que, dado su absorbente entorno familiar y amistoso, le cuesta concluir. Sin embargo, el azar le tiene reservada una circunstancia del todo imprevisible: una lugareña, moradora solitaria de la única vivencia de los alrededores, toma por costumbre hablarle a su difunto marido mientras atiende las plantas de su patio.