Este libro podría crear ciertas incomodidades. Los temas que los distintos ensayos abordan tienen poco que decir sobre los grandes ítems de la genda académica. Sin embargo es un libro que no dejará de despertar en sus lectores, sean o no carnívoros académicos, inquietudes que se conecten directamente con la vida práctica: la fé, la muerte, la vida, la existencia, el tiempo, la finitud, la inmortalidad. Una forma de abordar estos temas es la que practican "el hombre promedio" y "el filósofo de la religión"; otra, muy distinta, la que hacen carne "el individuo" o "el hombre religioso". En aquellos el contenido de la fé -la religión- , se ha escindido de la vida: necesitan del objeto trascendente que confirme su creencia. en estos, la religión y la vida, como si dijeramos la fe y la existencia, se unen en "una tonalidad fundamental y originaria de todas las armonías y disonancias": en el modo de ser religioso sujeto y objeto conforman una unidad inescindible, no analizable. Ambas formas de comportarse ordenan dos mundos de la vida distintos.
Georg Simmel (Berlín, 1858-Estrasburgo, 1918) fue hombre de múltiples saberes, abarcando los campos de la filosofía, la historia, la sociología y las ciencias sociales en general. Filósofo no sistemático, su postura representa una especie de neo-kantismo relativista, de raíz vitalista, que tuvo un amplio predicamento en la Europa de final del siglo xix y principios del XX. Fue amigo de escritores como Rainer Maria Rilke y Stephan George, y también de filósofos como Max Weber, Edmund Husserl y Ortega y Gasset, de quien fue profesor durante la estancia de éste en Alemania. Entre sus obras, destacan Schopenhauer y Nietzsche, Problemas fundamentales de la Filosofía y Diagnóstico de la tragedia de la cultura moderna, todos publicados en la Biblioteca Filosófica de Espuela de Plata. Tan amplia y variada es su obra, que en realidad no hay dominio –sociedad, economía, religión, arte, moda, moral, filosofía– que no deba a Simmel la indagación de su perfil huidizo o de su intrincada estructura.