Francisco Ribera es uno de los empresarios españoles más sólidos, aunque su austeridad y discreción impidieron hasta ahora que su nombre traspasara los límites del ámbito enconómico. Desde la nada, creó en los últimos cincuenta años una red empresarial que se extiende por once países y tres continentes, y que da empleo a nueve mil personas; todo ello lo consiguío con un trabajo sin descanso, una voluntad férrea y un infrecuente talento para los negocios.