Gansos egipcios en París, plumas de avestruz por toda Europa, Darwin y las monkey flowers, cazadores de
plantas, el extraño plan de Franklin Roosevelt, la enredadera que se comió —casi todo— el sur, el regalo del
rey Kamehameha V, los renos de Islandia, las pieles de la guerra, Mr. North y los castores, la granja de Samuel
Wilmot y los comerciantes de ostras, los cangrejos de Stalin, Edward Wilson, el hombre que quiso cambiar
Australia... la historia de las invasiones biológicas por especies foráneas es apasionante, una formidable escuela
de ecosistemas, zoología, botánica, economía, conflictos armados y caprichos de reyes... y hasta de narcos.
Desde que en 1405 llegaron a las islas Canarias los primeros dromedarios, la modificación de los ecosistemas
y el comercio mundial entre continentes han provocado que numerosas especies de plantas y animales hayan
colonizado territorios que nunca hubiéramos imaginado. Algunas de estas invasiones cambiaron para siempre la
vida natural a su alrededor, otras provocaron catástrofes relativamente limitadas en el tiempo o el espacio, los
grupos más audaces se adaptaron desplazando a las especies autóctonas; pero en todos los casos aprendimos que
el efecto mariposa propuesto por Lorenz también es aplicable a la Biología, y que, parafraseando al
despecheretado guaperas Ian Malcolm en Jurassic Park, «la vida no puede contenerse, la vida se extiende a
través de nuevos territorios y rompe las barreras dolorosamente, incluso peligrosamente... Sencillamente, la vida
se abre camino». Escojan un calzado cómodo, llenen la mochila de víveres y cuadernos de notas, y
acompáñennos en un fabuloso viaje por toda la geografía en busca de las especies invasoras.
«La humanidad ha cubierto la Tierra con un manto que influye en toda la biosfera, dejando una profunda
marca en ella. Nuestras acciones están dirigiendo el destino del resto de seres vivos. La introducción de especies
podría ser identificado como uno de los jinetes de un apocalipsis ecológico. Un fenómeno que sigue abriendo
nuevos capítulos mientras lees estas palabras».